Un engaño bancario relacionado con "bonos basura" amenaza a cientos de vascos
ADICAEdenuncia que varias entidades han comercializado participaciones preferentes
La asociación acusa a la banca de "bloquear fondos" de los afectados, que creían invertir sus ahorros en renta fija
joseba imaz - Lunes, 5 de Diciembre de 2011 - Actualizado a las 05
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Donostia. "¿Vas a utilizar el dinero en mucho tiempo? Tengo un plazo a diez años que, como mínimo, te dará un interés del 4,5%. Puede subir, pero no bajará". Cuando el empleado del banco le lanzó esta propuesta, José Barragán no dudó en destinar los 30.000 euros que tenía guardados a la cuenta que le habían indicado. Diez años después, sin embargo, acaba de darse cuenta de que no puede disponer de esos ahorros, fruto de toda una vida de duro trabajo. Porque la entidad financiera ha bloqueado sus fondos y, lo que es peor, se ha enterado de que su dinero no fue destinado a un depósito, sino a unas participaciones preferentes, un complejo producto financiero con un nivel de riesgo mucho mayor.
Cientos de ciudadanos del País Vasco podrían encontrarse en la misma situación que este basauritarra de 86 años, víctima de un nuevo abuso de la banca, según denuncia la delegación vasca de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae). La coordinadora de la agrupación en Euskadi, Lucía Fernández, afirma que firmas como BBVA, La Caixa, Banco Guipuzcoano, Nova Caixa Galicia y Caja Laboral han podido comercializar "a destajo" participaciones preferentes, para más tarde "bloquear los fondos de pequeños ahorradores" que habían invertido en ellas.
Adicae ha iniciado recientemente una campaña de denuncia contra esta práctica, que ha llevado consigo la comercialización de un producto "no solicitado por los clientes", vendido "irregularmente" sin atender el "perfil inversor" del consumidor y sin suministrar "la información previa imprescidible".
bloqueo El engaño es el siguiente. Igual que en el caso de José Barragán, los ciudadanos creen haber firmado una inversión a un plazo fijo a cinco o diez años. Pero al querer disponer de ese dinero antes de ese periodo, se encuentran con una desagradable sorpresa. Solo pueden rescatar sus ahorros acudiendo a un "mercado secundario", en el que estos productos se venden muy por debajo de su valor inicial. No en vano, actualmente tienen la calificación de "bono basura".
Los problemas no terminan ahí. Según denuncia Adicae, la banca ha creado un "corralito al bloquear los fondos de los pequeños ahorradores" que invirtieron en estas peligrosas tentaciones financieras. Amparándose en "la interpretación interesada" de instrucciones ofrecidas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España, las entidades financieras se niegan "a tramitar órdenes de venta" de preferentes hasta el 31 de diciembre, afirman las mismas fuentes.
La versión de Adicae coincide con el disgusto que se llevó José Barragán al intentar aclarar el estado de sus ahorros. En realidad fue su hija, María Dolores, ama de casa y trabajadora eventual en una charcutería de Eroski, quien cayó en la cuenta. Preguntó sobre la posibilidad de trasladar aquellos ahorros a otra cuenta a plazo fijo, cuando los empleados de La Caixa le respondieron que no iba a ser posible.
"¿Cómo que no se pueden tocar? ¿No están en un depósito a plazo fijo?", preguntó la clienta, sorprendida. Le respondieron que no, que se trataba de participaciones preferentes: "Para recuperarlos hay que venderlos" en el mercado secundario. Pero a continuación le argumentaron que esa posibilidad no era real en aquel momento, ya que el mercado se encontraba "cerrado" por órdenes del CNMV, tal y como relata María Dolores Barragán.
sin contrato "No es cierto -replica Lucía Fernández-. El CNMV solo advirtió de las consecuencias que podía traer la compra de participaciones preferentes, porque no son productos adecuados para el inversor medio". En realidad, según denuncia la portavoz de Adicae, se trata de una excusa "para evitar una avalancha de gente" que retire estos productos en masa, ya que, ahora que se ha puesto en duda su fiabilidad, nadie quiere adquirirlos. "Quieren hacer pasar el tiempo, que las aguas vuelvan a su cauce", completa Fernández.
Esta representante de los usuarios detalla que la estafa perjudica sobre todo a gente mayor, porque prácticamente la mitad de los afectados están jubilados. "Además, en ocasiones se les ofrecía una libreta en la que podían seguir la evolución de sus ahorros. En muchos casos no hubo ni siquiera un contrato", saca a relucir.
En Euskadi todavía no son demasiados los casos que se han dado a conocer, pero Adicae sospecha que las entidades financieras han comercializado participaciones preferentes "a destajo" entre los ciudadanos vascos. Sin ir más lejos, el engaño ha sido muy recurrente en otros lugares del Estado como Barcelona, Madrid, Valencia y Alicante. En estas últimas dos provincias, relata Lucía Fernández, la Caja de Ahorros Mediterránea -ahora intervenida- coló participaciones preferentes "masivamente", de modo que el número de damnificados podría ser enorme.
La sensación es que los muchos casos que se están dando a conocer en diferentes blogs y foros de Internet podrían ser solamente la punta del iceberg, ya que cientos de personas ni siquiera pueden haber caído en la cuenta de que su depósito a plazo, en realidad, es una inversión en participaciones preferentes.
Por el momento, algunas entidades han comenzado a ofrecer el canje de este producto por bonos convertibles o deuda subordinada, algo que, según analizan desde Adicae, "no da respuesta" a una situación en la que los clientes se encuentran "con un producto inadecuado a su perfil y vendido sin la información adecuada".
Mientras tanto, María Dolores Barragán se ha asociado a la plataforma de afectados por este engaño, promovido por la agrupación de usuarios de la banca. "De este dinero, olvídate. ¿Ahora quién va a comprarlos?", se resigna la hija de José, en referencia al futuro de los ahorros de su padre. Sin embargo, afirma sin dudar ni un segundo que gastará en abogados "lo que haga falta" para que la estafa sea reconocida. También ha decidido cancelar las cuentas que tiene su familia en La Caixa. "Lo más duro no es perder los 30.000 euros, sino que te engañen", resume.
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